lunes, 29 de junio de 2015

«Quién nos hubiera dicho: Guadalajara, 22 de abril», Cristina Padilla y Rossana Reguillo (compiladoras)



Un libro más a propósito de los desastres del 22 de abril de 1992 que conmocionaron a la zona metropolitana de Guadalajara, cuyos artículos de diversos autores abarcan la denuncia y crítica a los hechos, circunstancias y consecuencias, cuya importancia radica en que son un interesante análisis de las respuestas sociales antes, durante y después de las explosiones, algunos con pinceladas literarias. Este documento también está disponible en internet.

En la presentación:
Cristina Padilla
Rossana Reguillo

Estas páginas son el resultado del esfuerzo colectivo que ha implicado el trabajo y la reflexión conjunta de un grupo de académicos de distintas instituciones. [...]

Este libro representa el compromiso asumido por salvar la memoria del desastre y los procesos sociales que comenzaron el 22 de abril.

Los artículos reunidos tienen dos vertientes fundamentales. Por un lado, el aporte particular sobre los temas específicos, y por otro, el trabajo grupal de reflexión y crítica a las diferentes aportaciones. Es importante enfatizar que los trabajos recogen la información generada durante los primeros meses posteriores a la tragedia, bajo el supuesto, asumido de manera colectiva, de que la misma dimensión del problema y los procesos a los que se asistía implicaban temporalidades de larga duración [...]

Se encontrarán a lo largo del libro datos que varían de un ensayo a otro en cuanto a la extensión y efectos del desastre, en la medida en que esto habla del caos informativo oficial se decidió respetar la información, proveniente de diferentes fuentes, contenida en cada ensayo.*[...]

Poco a poco el material que iba elaborándose se ofrecía a la opinión pública a través de artículos académicos, artículos periodísticos e intervenciones en la radio. Resulta difícil en este momento evaluar el beneficio y el impacto que el material aquí reunido representa para la sociedad, destinatario fundamental de nuestro esfuerzo. Sabemos que los procesos sociales son complejos y abiertos y que sólo los largos plazos permiten comprender cabalmente su importancia. Por ello, mientras el futuro se acerca y con él, la claridad de lo que ha sucedido y está sucediendo, queremos dar un testimonio de reconocimiento a todos nuestros colegas, que sin abandonar sus responsabilidades, emprendieron sin condiciones la tarea de rescatar la memoria del trágico 22 de abril.

*Al momento de la publicación de este libro la información oficial es la siguiente: 210 muertos; 600 heridos; 3,020 construcciones dañadas, de éstas, 570 destruidas y 540 con daños apreciables; 135 establecimientos comerciales derrumbados y 145 con daños apreciables; 1,630 construcciones con daños leves; 525 vehículos total o parcialmente dañados; aproximadamente 3,500 familias damnificadas. La extensión de las explosiones es de 8,022 metros lineales, en un total de 98 manzanas afectadas, que se distribuyen por calle como sigue: 20 de Noviembre 551.1 metros, Gante 1386, Bartolomé de las Casas 125.2, Río bravo 835, Río Rhin 217.1, Río Suchiate 133.6, Calzada Olímpica 83, Río Lagos 250.5, Río Candelaria 375.7, Río Orinoco 133.6, Rio La Barca 125.2, Río Alamo 168.2, Dr. R. Michel 58.45, Río Atotonilco 4173, Fray Antonio de Segovia 125.5, Río Nilo 267, Calzada del Ejército 601, Tuberosa 259, Los Angeles 167, Río Poo 267, Violeta 835, cruce de Aldama y Calzada Independencia 41.7; a esto hay que añadir 591 metros de daños en diferentes cruces. La información proviene de distintas dependencias gubernamentales y nos fue proporcionada por José Antonio Cazares, Jefe de Documentación del periódico «Siglo 21», a quien agradecemos su valiosa ayuda.

Quién nos hubiera dicho: Guadalajara, 22 de abril
Cristina Padilla y Rossana Reguillo (compiladoras)
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO)
1a. edición, 1993, pp. 254
Guadalajara, Jalisco

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