Una novela más en torno a la tragedia del 22 de abril de 1992 en el sector Reforma de la urbe tapatía, cuyas explosiones cobraron la vida a cientos de personas, más un saldo de miles de heridos, cuya connotación es más bien política.
Contraportada:
El estallido que cimbró las entrañas de una gran ciudad es el trasfondo de esta novela de Luis Alberto Alcaraz, donde se desarrollan dos historias paralelas. La primera muestra los intríngulis de la política a la mexicana con sus aderezos propios tales como el uso de chivos expiatorios y venganzas en las cuales muchos inocentes resultan afectados. Con un estilo sencillo y directo, Alcaraz echó mano de sus dotes reporteriles para combinarlas, sus innatas cualidades de narrador, y así nos cuenta una historia en varios planos muy bien estructuradas, donde sale a relucir la deleznable condición humana que, pareciera, no tiene propósitos de enmienda.
Una de las demostraciones extraliterarías del libro podría ser que es innecesario ya que vengan escritores de otros rumbos a escribir estas novelas. Con todo y la vasta tradición literaria del estado, Alcaraz es un jalisciense nacido en Sonara. Los años que ha vivido en Jalisco le han permitido conocer a fondo usos y costumbres de la comarca, al mismo tiempo que se ha integrado de modo natural al paisaje sin desentonar en ningún aspecto.
«Fantasmas de abril»
Luis Alberto Alcaraz (Empalme, Sonora, 1965-)
Nauta Editores
1a. edición, 1993, pp. 177
Guadalajara, Jalisco
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