domingo, 6 de diciembre de 2015

«Estación Juárez», Teófilo Guerrero Manzo


En teatro, el dramaturgo y actor Teófilo Guerrero Manzo se ha ocupado de situar algunas de sus piezas en la urbe tapatía, específicamente el ya emblemático tren eléctrico con Estación Juárez. De gran influencia (quizá a veces demasiado notoria) de Samuel Beckett y Pirandello, suele dar a sus dramas un fuerte tinte de ironía y absurdo intelectuales, que rezuman ira contenida. De ahí que no se detenga en recurrir a trazos moralmente provocadores, como la felación (en Sin respuesta), lo que en el sector joven de la Guadalajara del siglo XXI ya no hiere tan fácilmente las susceptibilidades. Como sea, es una dramaturgia de occidente del país digna para el teatro mexicano contemporáneo.


En contraportada:

En esta tríada de «partituras dramáticas unipersonales» se emprende un viaje por la experiencia del individuo a través de su propia voz: por ello estas obras de teatro pueden leerse como relatos en primera persona, con sus singulares efectos explícitos de ambientación.

La unipersonalidad ofrece al actor una amplia libertad de interpretación, un espacio para que se involucre plenamente con su personaje, multiplicando así la diversidad de reacciones en el espectador-lector. El título alude a un sitio de Guadalajara, una ciudad que con sus peculiares referentes (su habla y sus costumbres), se desempeña como conectora de las tres piezas. Aun así, el carácter de cada obra es distinto y definido: por momentos se tiende hacia la reflexión, a la introspección (individual y social); pero también se busca reflejar lo hilarante de la condición frente al mundo, los sueños rotos en esa realidad que descalabra.

Estación Juárez
Teófilo Guerrero Manzo
Ediciones Arlequín 
1a. edición, 2013, pp. 96
Guadalajara, Jalisco

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