miércoles, 16 de septiembre de 2015

«Y apenas era miércoles», Martha Cerda


La Luciérnaga Editores (bilingüe)
2a. ed. 2004, 83 pp.
Guadalajara, Jal.


Joaquín Mortiz
1a. ed., 1993, 84 pp.
Distrito Federal, México

Es uno de los primeros relatos (que la autora denomina «novela», de no más de 80 páginas efectivas en tipos grandes) sobre el tema de las explosiones en el sector Reforma, de la ciudad de Guadalajara, en 1992. Apareció en 1993 y quizá por esa premura no fue mejor elaborado el argumento; en redes sociales se le maltratata con amargura tenaz, pero el prologuista de la edición de 2004 es condescendiente. Como sea, una editorial tapatía consideró hacer una segunda edición en el año 2004, en un libro bilíngüe, de modo que se lee en español e inglés.


En interiores, en el prólogo:

Y apenas era miércoles es una novela testimonial, de denuncia, vigorosa, valiente y muy estremecedora. Tiene dos planos: el documental, que como fuente tiene los reportajes que se realizaron en los periódicos de la localidad, en el (sic) radio y en la televisión. El otro plano es el de la ficción donde personajes imaginados representan diversos sectores de la sociedad tapatía. Un ejemplo son las dos hermanas, Rosa y Amalia, pertenecientes a una sociedad tradicional: solteronas, refugiadas en la religión. Otra mujer liberal es Rosaura, que para poder progresar necesita venderse, y a los 25 años es la amante de un funcionario. Martha le rinde un homenaje a la prensa radiofónica con el personaje de la reportera Carmen. La radio se convirtió en interlocutora con el pueblo en esos momentos tan aciagos. Su esposo, Alejandro, médico, simboliza la respuesta atingente que dieron los centros de salud.

Pero lo más determinante en su denuncia fue llamar por sus verdaderos nombres a los principales responsables de esta tragedia: a Carlos, el presidente, Guillermo, el gobernador y Enrique, el alcalde.

Durante toda la obra se extiende un simbolismo real objetivo y también ideal y subjetivo: la Semana Santa, que evoca para los cristianos la pasión y crucifixión de Cristo con la esperanza de la resurrección. Como en la novela sugiere Martha Cerda, “Nunca se habían visto tantas coronas de espinas en Guadalajara, ni tantas dolorosas, ni tantos ladrones buenos y malos”, y en Guadalajara “Nuestros muertos no resucitaron. Ni siquiera tantito.”
Prof. Víctor Manuel Cuéllar Luna

Y apenas era miércoles
Martha Cerda
Joaquín Mortiz (1993), La Luciérnaga Editores (2004, bilingüe)
1a. ed., 1993, 84 pp.; 2a. ed. 2004, 83 pp.
Guadalajara, Jal.

1 comentario: